Jose María Rivas Groot
1.Constelaciones
El Hombre
Amplias constelaciones que fulguráis tan lejos,
mirando hacia la tierra desde la comba altura,
¿por qué vuestras miradas de pálidos reflejos
tan llenas de tristeza, tan llenas de dulzura?
mirando hacia la tierra desde la comba altura,
¿por qué vuestras miradas de pálidos reflejos
tan llenas de tristeza, tan llenas de dulzura?
Las Constelaciones
¡Oh soñador, escúchanos! ¡Escúchanos, poeta!
Escucha tú, que en noches de oscuridad tranquila
nos llamas, mientras tiemblan con ansiedad secreta
la súplica en tu labio y el llanto en tu pupila.
Escucha tú, que en noches de oscuridad tranquila
nos llamas, mientras tiemblan con ansiedad secreta
la súplica en tu labio y el llanto en tu pupila.
Escucha tú, poeta, que en noches estrelladas
cual bajo augusto templo descubres tu cabeza,
y nos imploras, viendo que están nuestras miradas
tan llenas de dulzura, tan llenas de tristeza.
cual bajo augusto templo descubres tu cabeza,
y nos imploras, viendo que están nuestras miradas
tan llenas de dulzura, tan llenas de tristeza.
¿Por qué tan tristes? Oye: nuestro fulgor es triste
porque ha mirado al hombre. Su mente y nuestra lumbre
hermanas son. Por siglos de compasión, existe
en astros como en almas la misma pesadumbre.
porque ha mirado al hombre. Su mente y nuestra lumbre
hermanas son. Por siglos de compasión, existe
en astros como en almas la misma pesadumbre.
(Republica, 2016)
2. Resurrección
Despllé~ de remar un raro, Pablo acercó
el bote á la orilla, hund ió eon vigor hl, proa
en la vegetación exuberante que caia sobre
las aguas y nos hizo sumergir entre un ni-
do de verdura. Luego sacó del fOlld.O de la
barca un tomo •
.J\legustaba oirle sus comentario8 en ma-
terip" de autores: tenía siempre una, vi:Ûón
clam, una expresión orig;nal sobre caùa
página. Su autor predilecto era Shakespea-
re, y éste le servía de pun,;o de partida lJa-
m medir á todos los pensadores.
Aqnel día Pablo abrió al acaso un tomo Ile Bourget, los ensayos sobre P~:icología contelnporánea, y leyó:
«La visión de un mM allá qne (xplique ht excelencia del Universo y llucs:ra pro- pia excelencia, tal es la preocupaciÓn sn- prema de nuestra época, á pesar de la marea.
(Cervantes, 2016)
3. El triunfo de la vida
Aqnel día Pablo abrió al acaso un tomo Ile Bourget, los ensayos sobre P~:icología contelnporánea, y leyó:
«La visión de un mM allá qne (xplique ht excelencia del Universo y llucs:ra pro- pia excelencia, tal es la preocupaciÓn sn- prema de nuestra época, á pesar de la marea.
Aves que anida el Septentrión sombrío
En las cavernas del invierno frío; El volcán acalló la voz tronante
Yen las entrañas ocultó la llama;
y atónito, su curso retumbante Detuvo el estruendoso Tequendama.
(republica, 2016)
De súbito respira uno mejor y el aire de la primavera
llega al fondo. Mas sólo ha sido un plazo
que el sufrimiento concede para que digamos la palabra.
He ganado un día, he tenido el tiempo
en mi boca como un vino.
Suelo buscarme
en la ciudad que pasa como un barco de locos por la noche.
Sólo encuentro un rostro: hombre viejo y sin dientes
a quien la dinastía, el poder, la riqueza, el genio,
todo le han dado al cabo, salvo la muerte.
Es un enemigo más temible que Dios,
el sueño que puedo ser si mañana despierto
y sé que vivo.
Mas de súbito el alba
me cae entre las manos como una naranja roja.
(Durán, 2016)
2.
En las cavernas del invierno frío; El volcán acalló la voz tronante
Yen las entrañas ocultó la llama;
y atónito, su curso retumbante Detuvo el estruendoso Tequendama.
Jorge Gaitán Durán
1. Si mañana despierto
De súbito respira uno mejor y el aire de la primavera
llega al fondo. Mas sólo ha sido un plazo
que el sufrimiento concede para que digamos la palabra.
He ganado un día, he tenido el tiempo
en mi boca como un vino.
Suelo buscarme
en la ciudad que pasa como un barco de locos por la noche.
Sólo encuentro un rostro: hombre viejo y sin dientes
a quien la dinastía, el poder, la riqueza, el genio,
todo le han dado al cabo, salvo la muerte.
Es un enemigo más temible que Dios,
el sueño que puedo ser si mañana despierto
y sé que vivo.
Mas de súbito el alba
me cae entre las manos como una naranja roja.
2.
Amantes
Somos como son los que se aman.
Al desnudarnos descubrimos dos monstruosos
desconocidos que se estrechan a tientas,
cicatrices con que el rencoroso deseo
señala a los que sin descanso se aman:
el tedio, la sospecha que invencible nos ata
en su red, como en la falta dos dioses adúlteros.
Enamorados como dos locos,
dos astros sanguinarios, dos dinastías
que hambrientas se disputan un reino,
queremos ser justicia, nos acechamos feroces,
nos engañamos, nos inferimos las viles injurias
con que el cielo afrenta a los que se aman.
Sólo para que mil veces nos incendie
el abrazo que en el mundo son los que se aman
mil veces morimos cada día.
(Durán, 2016)
amante de trece años, Novalis creyó en el otro mundo;
mas yo creo en soles, nieves, árboles,
en la mariposa blanca sobre una rosa roja,
en la hierba que ondula y en el día que muere,
porque solo aquí como un don fugaz puedo abrazarte,
al fin como un dios crearme en tus pupilas,
porque te pierdo, con la tierra que era mía.
(Durán, 2016)
Bibliografía
Somos como son los que se aman.
Al desnudarnos descubrimos dos monstruosos
desconocidos que se estrechan a tientas,
cicatrices con que el rencoroso deseo
señala a los que sin descanso se aman:
el tedio, la sospecha que invencible nos ata
en su red, como en la falta dos dioses adúlteros.
Enamorados como dos locos,
dos astros sanguinarios, dos dinastías
que hambrientas se disputan un reino,
queremos ser justicia, nos acechamos feroces,
nos engañamos, nos inferimos las viles injurias
con que el cielo afrenta a los que se aman.
Sólo para que mil veces nos incendie
el abrazo que en el mundo son los que se aman
mil veces morimos cada día.
3.La tierra que era mía
Únicamente por reunirse con Sofía Kühn,amante de trece años, Novalis creyó en el otro mundo;
mas yo creo en soles, nieves, árboles,
en la mariposa blanca sobre una rosa roja,
en la hierba que ondula y en el día que muere,
porque solo aquí como un don fugaz puedo abrazarte,
al fin como un dios crearme en tus pupilas,
porque te pierdo, con la tierra que era mía.
Bibliografía
Durán, J. G. (28 de Agosto de 2016). Obtenido de
amediavoz.com
republica, L. Á. (2016).
Cervantes, C. V.
(2016). Obtenido de cvc.cervantes.es
Republica, B. d.
(2016). Obtenido de banrepcultural.org